Soluciones para los ataques de estrés
Santo Domingo, Septiembre. El estrés es la respuesta natural del cuerpo ante las situaciones que le resultan amenazadoras y desafiantes. La vida y el entorno están en constante cambio, y por lo mismo exigen continuas adaptaciones y por tanto cierta cantidad de estrés es necesaria.
En general se tiende a creer que el estrés es consecuencia de circunstancias externas a la persona, cuando en realidad entendemos que es un proceso de interacción entre los eventos del entorno y las respuestas cognitivas, emocionales y físicas. Cuando la respuesta de estrés se intensifica en el tiempo, la salud, el desempeño académico o profesional, e incluso las relaciones personales o de pareja se pueden ver afectadas. La mejor manera de prevenir y hacer frente al estrés es con el reconocimiento, cuando aumentan los niveles de tensión y ante los estímulos o situaciones.
Según el Dr. Francisco Santana, doctor de la Superintendencia de Bancos, los eventos externos como generadores de estrés no necesariamente deben ser muy notorios, sino que pueden acumularse en sus efectos hasta llegar al límite. La manera en que se interpreta y se piensa acerca de lo que ocurre afecta a la perspectiva y experiencia de estrés. De manera que con frecuencia es la interpretación lo que genera una reacción negativa de estrés, más que el evento o situación a la que se enfrenta.
Un ejemplo puede ser el alumno a sobresalientes, que obtiene aprobado en un trabajo. La idea de que esa nota pueda afectar su desempeño académico y con ello a sus probabilidades de conseguir una beca o trabajo, puede tener un efecto multiplicador en sus niveles de estrés convirtiéndolo en ansiedad.
La Psicóloga Virginia Pérez opina, que la clave esencial para una vida sin estrés es lograr un equilibrio entre el descanso, alimentación, ejercicio físico, trabajo u estudio y el tiempo de ocio.
La reacción a las situaciones del entorno, está también perjudicada por los niveles generales de salud y bienestar. La persona que esté siempre angustiada, que duerme poco y no como de manera regular, quizás disponga de menos recursos para enfrentar situaciones complejas.
Las señales más usuales de estrés se encuentran en las emociones, las que abarcan la ansiedad, irritabilidad, miedo, confusión, fluctuación del ánimo y turbación; en los pensamientos, la excesiva autocritica, la dificultad para concentrarse, los olvidos, pensamientos repetitivos y excesivo temor al fracaso; en las conductas, el tartamudeo, los llantos, las reacciones impulsiva, la risa nerviosa, el trato brusco a los demás, el aumento del consumo del tabaco, alcohol y otras drogas; y en los cambios físicos, los músculos contraídos, las manos frías, los dolores de cabeza, las perturbaciones del sueño, los malestares estomacales, la fatiga, los temblores y la boca seca.
Según la Universidad de Granada, las estrategias para enfrentar el estrés buscan prever los excesos en las demandas del entorno o de la persona misma. En los casos de las situaciones que generan estrés inevitable, el duelo consiste en hacer frente de manera saludable, lo cual implica no hacer aquello que se sabe, por el pasado, que no ha dado resultado. Para ello sugerimos estrategias que permiten restaurarte física y psicológicamente:
Mantener una dieta saludable.
Hacer ejercicio, como caminar, nadar, o incluso limpiar el cuarto.
Relajarse, descansar y realizar actividades de ocio.
Establecer límites, aprender a decir que ´´no´´.
Estructurar y priorizar las expectativas y actividades.
Anteponer las situaciones estresantes.
Mantener expectativas realistas.
Compartir tus emociones.
Ordenar el espacio personal.