“Hicimos todo lo que pudimos”
Santo Domingo, oct-. Los doctores son personas especiales que han dedicado su cuerpo y alma para salvar vidas. Se les ha acusado de jugar a ser Dios, pero no lo son. Son hombres y mujeres que a pesar de todos sus esfuerzos cometen errores. Todo médico ha pasado por la terrible experiencia de que se le muera un paciente, sobre todo en emergencia.
La pediatra Altagracia Mediana confiesa que “es un episodio muy fuerte porque es un desprendimiento de la vida. Se buscan las palabras más adecuadas para poder dar tan terrible noticia”.
Existen protocolos que indican el procedimiento para informar la muerte de un paciente a sus familiares. No se basa solo en anunciar la tragedia y decir la popular frase que las películas han popularizado (“hicimos todo lo que pudimos”). Uno de los manuales para guiarse es la “Guía para comunicar a familiares la muerte repentina en emergencia” de Elizabeth Falconí.
Falconi establece que se debe informar en un ambiente privado y los familiares deben estar sentados. Los médicos deben encontrarse al mismo nivel visual de los familiares y deben tener su celular modo de silencio. Transmitir pesar con una actitud de respeto es imprescindible. Utilizar un lenguaje claro y facilitar los trámites burocráticos.
El medico también se ve afectado. Medina dice que “el especialista se deprime” y agrega que aunque se supera porque el mismo estudio de la medicina enseña que la vida es un paso, una luz que en cualquier momento se puede apagar, es muy duro”.